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Friday, September 5, 2014

Tema 7. "Por qué Engordamos Sin aparente Razón" VIDEO



Hablamos de un  aditivo por excelencia: El jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF). Sin nosotros saberlo, esta sustancia acompaña a nuestro pan de caja, a las galletas de chocolate que tanto nos gustan y que decir de los refrescos embotellados. Hasta lo podemos encontrar en las barras nutritivas y el pan integral que te venden como saludable.
Para la industria de los alimentos es oro puro; por ejemplo, en México se ha utilizado como sustituto de azúcar desde 1996, debido a su bajo costo de producción. Sin embargo, su consumo tiene impacto en varios niveles: en nuestra salud, en la economía y en el comercio justo, por mencionar algunos.
El jarabe de maíz de alta fructosa es un edulcorante líquido, transparente, obtenido del maíz después de un largo proceso. Todo comienza con almidón o fécula de maíz — para esta etapa ya hablamos de un carbohidrato refinado —. Se somete a altas temperaturas repetidas veces, se rompe su estructura molecular, se vuelve a refinar, se blanquea y filtra hasta quedar una sustancia "pura", un almíbar con un grado de concentración ideal para su comercialización.
Este ingrediente es muy recurrido por contener glucosa y fructosa, mismos que podemos encontrar en la miel de abeja; la diferencia es que esta última es natural — revisen su etiqueta para comprobarlo — y, la otra, es procesada. Para rematar, esta sustancia es producida en Estados Unidos a partir de maíz transgénico y, curiosamente, el mismo país la prohibe en varios de sus alimentos.
High fructosa corn syrup (jarabe de maíz de alta fructosa) y corn syrup (jarabe de maíz) son dos ingredientes que debe buscar en las etiquetas de los productos que compra. Como esta subsidiado es más económico que la azúcar normal y es incluido en grandes dosis.
 Gracias al jarabe los productos se conservan por más tiempo en una envoltura y crean adicción al paladar. Estos productos permanecen más tiempo en exhibición, lo cual significa menos perdida y más ganancia... ¿bajo qué precio?
Según el doctor Mark Hyman, “en la historia reciente, hemos pasado de 20 cucharaditas de azúcar por persona al año a cerca de 150 libras de azúcar por persona al año. Eso significa media libra por día por cada hombre, mujer y niño en los Estados Unidos. Una soda promedio de 20 onzas contiene 15 cucharaditas de azúcar, todo ello es jarabe de maíz de alta fructosa. Y cuando usted come azúcar en esas dosis, se convierte en una toxina.”
Este siropoe, se separa la glucosa de la fructosa (que usualmente están juntas) como parte del proceso para hacer el jarabe de maíz. Esto hace que la fructosa vaya directamente a su hígado, que se convierte en una fabrica de producción de grasas, un proceso llamado lipogénesis.
Esto causa el hígado graso, una enfermedad cada vez más común mundialmente. Hígado graso desarrolla pre-diabetes y luego diabetes tipo 2. Este ingrediente es el principal causante de la epidemia mundial de diabetes tipo 2 (que es prevenible), ataques de corazón, infartos, cancer y demencia.
Estados Unidos exporta alimentos a nivel masivo y también hábitos alimenticios, así que en Panamá no somos inmunes a esta tendencia.
La Federación Internacional de Diabetes indica que en Panamá, 184 mil personas entre 20 y 79 años de edad padecen de diabetes. 45% (85 mil) de estas personas aún no ha sido diagnosticada.  8.59% de los panameños padecen de diabetes, cuando el promedio mundial es 8.30%. Tener esta enfermedad cuesta al paciente y/o al estado $732 al año en gastos para medicinas y tratamientos.
De acuerdo con un estudio  realizado por la Universidad de Princeton, el consumo del jarabe de maíz de alta fructosa está relacionado con la actual epidemia de obesidad. Se comprueba que aumenta la grasa corporal, también el colesterol y los triglicéridos — indicadores que incrementan las posibilidades de infarto, especialmente en mujeres
En el caso de los niños provoca hiperactividad, déficit de atención, dolores de cabeza y afecta su capacidad de detectar distintos sabores, reduciendo su paladar a sólo tres: salado, dulce y grasoso.
Aunque no lo parezca, tenemos el poder y está en nuestras manos elegir lo que llevamos a nuestra mesa. Algunas recomendaciones son:
·         Revisar etiquetas. Si encontramos entre los ingredientes fructosa, sólidos de jarabe de maíz, glucosa-fructosa, azúcar de maíz o high fructose corn syrup (HFCS), estamos hablando de la misma cosa. Mejor evitarlo.
·         Elegir productos naturales. Entre menos procesado, mejor para nuestra salud. Una buena opción es comprar local: pan directo de la panadería. Utiliza miel de abeja, miel de agave o piloncillo para endulzar.


·         Pasar la voz. Por supuesto, al tener conocimiento de estos datos, lo mejor es compartir la información sobre lo que consumimos y comentar las consecuencias de esto.






1 comment:

  1. Muy interesante! Gracias por visitar mi blog. La verdad es que no conocía tu blog y está muy bien :). Me sumo a él!

    http://www.herbotop.blogspot.com

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